Por eso, abrid vuestros brazos a músicos y saltimbanquis, a pilotos aerostáticos y a libreros, a montañeros y artesanos, el valle de Salazar será durante este cruce de caminos festivos, la gran capital cultural del Pirineo. Abramos las puertas del valle. Que comience la fiesta!!! Ongi xin" rezaba el pregón de la fiesta que auguraba tres jornadas intensas, tal y como sucedió en este primer festival Pyrene organizado por EL MUNDO DE LOS PIRINEOS.

Imágenes inolvidables
Tambores que sonaban a "merengue", montañeros paseando entre las brumas de Irati, artesanos moldeando madera, duendes cargados de color, un lector interesado por la literatura pirenaica, niños colgados en el rápel, la máscara arlequinada del Bobo guiando el paloteado, diablos de fuego tomando calles y puentes, la apoteosis del acordeón levantado al aire, la txalaparta imitando el trotar de los caballos, hermosas canciones de la tradición pastoril, gaita navarras en atronador pasacalles... son algunas de las muchas imágenes que PYRENE ha dejado en la retina de los miles que decidimos disfrutar con esta propuesta festivo cultural.

Un pueblo dinámico
Detrás del gran éxito de PYRENE esta el pueblo de Otsagabia y todo el valle de Salazar. Cientos de voluntarios hicieron posible que todos los actos brillasen. Otsagabia y el valle de Salazar se mostró como un inigualable paisaje lleno de vida. Gentes llenas de generosidad y deseosos de agradar al visitante. Desde estas lineas nuestro mayor agradecimiento a todos, anfitriones y venidos de fuera que han hecho posible que PYRENE se convierta en un referente festivo de la cordillera.


Santi Yaniz, estuvo presente
Aunque Santi Yaniz, fotógrafo y autor de un buen numero de reportajes de esta revista, no pudo, como hubiera sido su deseo, acudir a PYRENE estuvo presente en las conversaciones de los colaboradores de EL MUNDO DE LOS PIRINEOS que participaron de la fiesta. En el momento de escribir esta información, Santi Yaniz continua ingresado en el hospital recuperandose de las heridas sufridas cuando el helicóptero donde viajaba sufría un trágico accidente. Esperamos que nuestro querido compañero consiga superar estos difíciles momentos y que pronto pueda volver a empuñar su cámara fotográfica.

Eduardo Viñuales

Valentin Zapater
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